Humedades en sistemas estructurales: claves para entender y detectar esta patología

Recientemente tuvimos la oportunidad de asistir a una interesante conferencia de Murprotect sobre humedades en los sistemas estructurales, un tema crucial para cualquier profesional de la construcción y la rehabilitación. Aquí te comparto un resumen con los puntos más relevantes, que puede ayudarte a arrojar luz sobre esta compleja patología.

¿Por qué son un problema las humedades en las edificaciones?

Las humedades son una patología común en la edificación, pero no todas las presencias de agua son dañinas. La clave está en la combinación de agua y oxígeno junto con un proceso de humedecimiento seguido de secado, que genera daños reales. Por ejemplo, los pilotes de Venecia están sumergidos permanentemente y no sufren problemas importantes, mientras que las humedades que alternan humedad y secado sí provocan deterioro.

Clasificación básica de las humedades

Podemos dividir las humedades en dos grandes grupos según dónde se manifiesten:

  • Humedades de origen interior:

    • Rotura o desgaste de instalaciones (tuberías, bajantes, etc.)

    • Condensaciones internas por vapor de agua

  • Humedades de origen exterior:

    • Empujes verticales o ascendentes (capilaridades)

    • Empujes horizontales

Importancia de conocer el sistema constructivo

Antes de abordar cualquier patología por humedad es fundamental entender cómo está construido el edificio. Por ejemplo, si detectamos condensaciones en un forjado con viguetas metálicas, las zonas de la vigueta suelen ser las más frías y por tanto donde se acumula la humedad, apareciendo licuaciones.

Además, las humedades interiores por rotura de tuberías suelen manifestarse lejos del origen real del daño, complicando la detección y reparación. En muchos casos, diferentes patologías se superponen, desencadenando procesos patológicos en cadena.

Riesgos especiales en estructuras de madera

La madera es especialmente vulnerable a la humedad. Cuando el duramen se humedece, se ablanda y queda expuesto a ataques de insectos xilófagos, lo que puede provocar daños severos en la estructura.

Condensaciones: la patología interior más habitual

Las condensaciones se producen por la acumulación de vapor de agua en el ambiente interior (transpiración, duchas, cocina, etc.). El error común es intentar detener la humedad líquida, cuando el problema real está en controlar la cantidad de vapor en el aire.

El vapor condensa siempre en superficies frías, que alcanzan el punto de rocío, generando hongos y ácaros. Esto suele ocurrir por falta de ventilación y el uso de materiales o sistemas constructivos muy herméticos que impiden renovar el aire.

Agua exterior y daños en muros

El agua de lluvia en sí no suele causar grandes daños, pero si está acompañada de nitratos, estos pueden penetrar el muro y, al evaporarse, cristalizar dentro del material, rompiendo su estructura molecular y disgregándolo. Por eso, en invierno el interior de muros húmedos suele sufrir más deterioro debido a la evaporación.

Conclusión: la clave está en el conocimiento del sistema constructivo

Conocer en profundidad el sistema constructivo de un edificio es fundamental para anticipar qué tipo de humedades pueden afectar y cómo se manifestarán. Este conocimiento facilita la detección y el diseño de soluciones más efectivas, incluso antes de visitar la obra.

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